domingo, 14 de septiembre de 2008

Magia



Dicen que la magia es una fantasía, o simplemente una cosa de niños. Aquellos que dicen y afirman esto creen que por pensar esto son mucho más maduros y sensatos que el resto. La magia no solo es una fantasía o un juego de niños, la magia es de quien quiere creer, la magia es de todos aquellos que piensan en la posibilidad de hacer cosas que el resto del mundo cree imposible.
La magia es de los niños, de los jóvenes, de los adultos y de los ancianos, de los niños porque son seres que sin verla saben que esta allí, saben que existe. Los jóvenes, porque creen en sus sueños y todo aquello que hacen para lograrlo tiene toda su entrega y juventud, también por que en aquella etapa todavía se puede ser niño sin ser juzgado, todavía se puede creer en lo “imposible”. Los adultos porque a pesar de que intentan parecer maduros, aun tienen un niño interior, un niño que los impulsa a creer en sus sueños y a luchar para lograrlos. Y los ancianos porque a pesar de su edad, tienen la sabiduría y la experiencia de la vida, de los sueños alcanzados y los que dejaron de lado por un deber, un deber que cada vez nos aparta a todos de nuestros sueños, ilusiones y esperanzas.


Laura Segura M

Un sueño


Antes de entrar en aquella habitación ella me sonrió, me sonrió como la primera vez que nos vimos, me tomo la mano, luego nos alejaron, era necesario, pero quien iba a decir qué esa sería la última vez qué sus ojos iban a brillar y a reflejar el interior de su alma pura y sincera, quien iba a saber que aquella noche, seria la ultima vez en la qué su rostro expresara incertidumbre, pero a la vez de tranquilidad, sabiendo qué estaría a punto de suceder, quien dijo que esa sería la última vez que me tomara con ternura tratando de decir: todo estará bien, sabiendo que yo debería ser quien la hubiera consolado. Ahora, sus ojos ya no brillan como antes, ahora ella duerme, en un sueño profundo del cual pereciera qué no quisiera regresar, un sueño tan denso qué sería imposible escapar. Un par de metales, tuercas y tornillos la mantienen con vida, hacen latir su corazón, un trozo de plástico que sale de un cóncavo metal qué contiene el elixir de la vida hace qué su pecho levite suavemente y descienda de nuevo. Varias agujas en sus delgadas venas, no dejan qué se vaya, la mantienen aquí. A veces pareciera qué ella estuviera aquí, con nosotros, qué abre sus ojos y nos sonríe, pero… no, ella no está aquí ahora. Me hace falta, su cuerpo sigue vivo artificialmente, su alma sigue conmigo, ella se percato de qué antes de su viaje quien sabe si con regreso, su alma quedara para siempre en este inhóspito y frio lugar. su magia sigue aquí, nos dejo su espíritu echo humano, lo qué no sabe es qué cuando tenga edad suficiente, le parecerá qué es injusto sufrir, pero sabrá qué el sufrir es vivir. En algunos momento me pareció muy egoísta de su parte quedarse dormida, pero ahora me doy cuenta de qué su sacrificio no fue en vano, y de qué era necesario para todo estuviera en perfecto orden, para qué todo fuera como tenia qué ser, para qué todo fuera tal y como estaba destinado, aunque creo qué el destino no está escrito, el destino es lo que uno hace con cada paso en el presente, el destino lo hacemos cada uno, ella lo quiso de ese modo. Sigo con la esperanza de qué algún día despertara.
Laura Segura M